La empresa debe saber qué quiere y qué siente cada cliente, así como las acciones y actitudes que desea recibir.
Los valores a transmitir
La marca debe mostrar los valores comparte, para así atraer a sus clientes más afines, y estos se demuestran con las actitudes, ya sean generosas o de compromiso mediante palabra, de esta forma los clientes se sentirán más identificados y no dejarán a la empresa por la competencia.
La confianza
Al igual que en una relación de pareja, el cliente quiere conocer las políticas, impuestos y precios de la empresa de forma totalmente clara, junto con una explicación en caso de retrasos o problemas con algún pedido, estando al tanto de los cambios y procesos producidos en el mismo.
Recompensas
A los clientes les gusta ser recompensados por su fidelidad. Algunos regalos que se pueden ofrecer son los descuentos, cupones, eventos exclusivos o servicios adicionales.
Estar siempre atento
Los que definen a la empresa son sus consumidores, por lo que siempre hay que atender a sus comentarios y críticas, ya que resultan una información muy valiosa y ayudan a la marca a mejorar. Esto también implica las dudas de los clientes: hay que responder ante estas rápidamente y mantener abierto el canal de comunicación para cualquier información requerida. También es importante recordar que las personas no quieren "tratar con empresas", sino que quieren tratar con otras personas. Un trato personalizado ayuda a que el cliente se sienta más seguro con la marca a la hora de negociar, lo que también hace que se vuelva fiel a la misma.
Compartir los logros
Si la empresa comparte sus logros con sus clientes, entonces estos también sentirán que son sus logros, por lo que se verán más importantes para la marca. Es decir, con mensajes que se refieran a que se ha conseguido algo juntos, por Twitter o Facebook, por ejemplo.
Siempre agradecer
Que un cliente o socio se decante por una marca es una demostración de "amor" e interés, y hay que mostrar un especial agradecimiento por estos actos.
Para que un negocio crezca, es indispensable una buena relación con los clientes, y que esta sea estable. El mundo es cada vez más competitivo e interconectado, por lo que querer, entender y gustar a los consumidores puede significar estar un paso por delante de la competencia. Pero obviamente, no es suficiente con decir "queremos a nuestros consumidores", hay que demostrarlo día tras día, ofreciendo experiencias y atención personalizada.